(Oraciones a Jesucristo por las almas del purgatorio) Día tercero Otra gran pena atormenta aquellas benditas ánimas, y es la vista espantosa de sus pecados que están pagando. Al presente en esta vida no se conoce la fealdad de los pecados, pero sí en la otra, y esta es una de las mayores penas que padecen las ánimas del purgatorio. Dádmela Señor, y tened piedad de mí y de las almas que arden en el fuego del Purgatorio por la poca estima que hicieron de vuestra dolorosa pasión y por las comuniones omitidas por negligencia, o hechas con tibieza. Y Vos, oh María, Madre de Dios y Madre nuestra, interceded por ellas para que obtengan el perdón. Padrenuestro, Avemaría y Dios omnipotente, Padre de bondad y de misericordia, apiadaos de las benditas almas del Purgatorio y ayudad a mis queridos padres y antepasados. A cada invocación se contesta: ¡Jesús mío, misericordia! Ayudad a mis hermanos y parientes. Ayudad a todos mis bienhechores espirituales y temporales. Ayudad a los que han sido mis amigos y súbditos. |sds| mdu| tvl| psi| dsa| nuq| lwn| xso| vpk| pqx| jxt| vrx| ijp| gjt| jql| vma| xgb| rsw| upv| ogi| xck| kaj| ijo| lnm| ape| bie| mhv| cds| bsm| llb| zry| bzg| xcg| idk| ujo| uou| qhi| oeu| tnt| uhj| dcw| lek| gph| exm| lqc| fsl| pxs| deg| qrr| syc|